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sábado, 20 de octubre de 2012

El Despertar, ganadora del National Novel Writting Month



En 2010, después de un largo tiempo de inactividad, me lancé a publicar una novela Online.

Cree un blog, y cuando tenía un par de capítulos, comencé a publicarlos. Este es el primer ejemplo de algo que nunca debes hacer: Comenzar a mostrar tu novela sin tenerla bien encaminada.

Pensaba que tendría 15, 20 lectores a lo sumo. La sorpresa, fue que en tres semanas, tenía más de mil lectores reincidentes, y en la página de facebook, más de 200 seguidores registrados.

En ese momento, comienza el problema, ya que al no tener bien perfilada la novela, tienes que escribir corriendo y, en algún momento, se cae. Gracias a Jaime Sierra, y a los cursos de escritura que he realizado con él, he aprendido la lección.

Lo peor de todo, fue que NostromoFilms, se interesó por recibir un borrador esquematizado y tratado de la novela, como alternativa a una producción que tenían en mente; y ahí viene el gran error: no tenía nada que mostrarles. No había realizado el tratamiento, ni el esqueleto de la novela.

Quizás nunca se hubiese concretado nada, pero es un error que lamentaré toda mi vida.

Intercambiamos varios emails, a partir de unso comentarios que dejaron en el blog, y luego en Facebook, pidiendo al autor que contactase con ellos. Os dejo foto del primer comentario.


Tras este comentario, siguió otro solicitando que me pusiera en contacto con ellos, y de ahí al intercambio de emails, y la cruda realidad: "La Cagué" por no tener la novela definida.

Tuve suerte ese día, y espero volver a tener otra oportunidad.

Os dejo el Prólogo:


El mundo parecía haberse vuelto loco en los últimos dos años.

Las dos Coreas se enzarzaron en una cruenta guerra que dejó cientos de miles de huérfanos, y bastas extensiones de tierra que antes se veían ahogadas por el bullicio de la gente, ahora amanecían muertas; arrasadas por los cruentos bombardeos y los violentos enfrentamientos que habían acabado con gran parte de la población civil.


La violencia había seguido su escalada en otras partes del mundo; El pueblo Saharaui fue arrasado a manos del ejército marroquí, sin que ninguna fuerza militar acudiera a detener semejante masacre. Cientos de niños, mujeres y hombres armados con piedras y palos, no pudieron hacer frente a la ofensiva del ejército del reino de Marruecos, que llevó a cabo un genocidio que solo encontró por respuesta una condena unánime de la violencia por parte de la ONU.


La situación en otras zonas en conflicto no era mejor. El ejército israelí había endurecido sus ofensivas sobre Gaza, y el conflicto se había extendido al resto de países árabes cercanos a Israel. Estados Unidos, ante las dimensiones que estaba tomando el asunto, decidió no tomar parte del conflicto, dejando que las tropas de la ONU hiciesen su trabajo sin interferir a favor del bando israelí.


En menos de dos años, se habían recrudecido de una forma alarmante los conflictos antiguos, y habían aparecido nuevos problemas bélicos que parecían haber quedado en el olvido.


Las limpiezas étnicas en África habían adquirido dimensiones espeluznantes, pueblos enteros eran asesinados a machete sin que nadie hiciese nada al respecto.


Afganistán, continuaba enfrascada en su particular guerra civil que llevaba activa desde 2001. Los cruentos combates entre las Fuerzas Armadas del país y los Muyahidines, habían causado tantos estragos en ambos bandos, que los niños eran la principal baza de reclutamiento que tenían ambos ejércitos para fortalecer sus maltrechas líneas.


Birmania, Chad, Colombia, Etiopía, Filipinas, Georgia, Uganda, Yemen… Casi todo el panorama mundial estaba salpicado de alguna u otra forma por los genocidios y las luchas armadas.


Sin duda, en los últimos meses, el hombre estaba haciendo lo que mejor sabe hacer: matar.


Estos conflictos bélicos, salpicaban directamente a los intereses que diferentes países mantenían en cada una de las zonas, y las relaciones entre los estados que apoyaban a uno u otro bando, se veían tensadas al máximo. Estos compromisos de intereses, habían generado un estado de desconfianza mundial sin precedentes, y la ruptura de relaciones entre países estaba dando al traste con la unidad que se presuponía en el año 2010.


Pero sin duda, eso no era lo peor.


Extrañas epidemias entre las cosechas y el ganado de los principales productores de alimentos, habían menguado al mínimo la producción mundial de estos. Esta situación, como era de esperar había desatado nuevos conflictos entre países que se peleaban por recibir los pocos productos que los estados productores exportaban.


En los últimos seis meses, varios países exportadores de cereales, fruta, hortalizas y carne habían decretado el cese de los negocios de exportación por la falta acuciante de estos productos, que se cotizaban a precios desorbitados en el mercado negro.


A pesar de esta situación de alarma mundial, la hambruna no había hecho su aparición por ahora en los países desarrollados, que eran los auténticos reyes del mercado negro. Por lo que la peor parte, les había tocado vivirla a los de siempre.


En España, a pesar de no estar salpicados directamente por ningún conflicto armado, la cosa había empeorado con respecto a los últimos años: la crisis económica que mantenía al país en jaque desde el 2008, se había recrudecido hasta límites insostenibles, y con el resto del mundo patas arriba, la cosa no tenía visos de mejorar a corto plazo…

… Sin embargo, la vida seguía con una cierta normalidad.

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